La red social de los drones humanitarios: un escuadrón mundial de robots que salvan vidas

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Patrick Meier, defensor de que las nuevas tecnologías pueden cambiar el mundo, ha creado este punto de encuentro virtual para organizaciones humanitarias, instituciones, pilotos profesionales de drones, ciudadanos y fabricantes. ¿Se pueden coordinar los vigilantes aéreos de todos los lugares del planeta para colaborar tras un desastre natural?

 

 

En noviembre de 2013, el tifón Haiyan devastó Filipinas. Más de 6.000 personasperdieron la vida y casi dos millones se vieron obligadas a desplazarse de sus hogares. La labor humanitaria en Tacoblan, una de las poblaciones más afectadas, se vio reforzada por decenas de vigilantes voladores  que cartografiaban la zona. Los drones desempeñaron una loable misión: evaluar los daños desde el aire y colaborar con sus imágenes en las  tareas de reconstrucción posteriores.

Patrick Meier, director de innovación social del Qatar Computing Research Institute, se encontraba en Manila apoyando la labor humanitaria de Naciones Unidas. Se dio cuenta de que los vehículos aéreos no tripulados de distintas organizaciones estaban proporcionando imágenes de forma mucho más rápida y barata que  los satélites, que tardaban 60 horas en llegar. Pero también se percató de que los drones volaban sin orden ni concierto.

«Ninguno de los proyectos con vehículos aéreos se comunicaba con los demás,muchos no estaban compartiendo la información con las comunidades locales», cuenta este experto en tecnologías destinadas a labores humanitarias a HojaDeRouter.com.

Así que Meier decidió fundar UAViators, una red de trabajo que uniera a pilotos profesionales, amantes de los robots aéreos, abogados e investigadores para coordinar los esfuerzos humanitarios de los drones en todo el planeta. «Quería crear una comunidad de voluntarios para que los aficionados a los drones se convirtieran en parte de la solución y no en parte del problema», reivindica este activista, que también ha colaborado en la creación de MicroMappers, una plataforma para ordenar la información de los desastres humanitarios que proviene de las redes sociales.

LOS DRONES, TESTIGOS DE LOS DAÑOS

UAViators ha tenido éxito: más de 1.000 pilotos de drones de 60 países se han sumado ya al proyecto. La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Económicos ( OCHA), la Cruz Roja Americana, Humanitarian OpenStreetMap (que también trabajó tras el tifón de Filipinas editando mapas con ayuda de imágenes de satélite en tiempo real) e incluso algunos fabricantes de drones, como 3D Robotics o DIJ, se han unido a esta red social aérea como asesores.

UAViators no solo permite poner en contacto a sus usuarios e incluso organizarse siguiendo un protocolo de respuesta rápida tras un desastre. También pretende crear una base de datos colaborativa y global de todas las aeronaves no tripuladas que se están utilizando con fines humanitarios.

Imagen aérea después de que el tifón Haiyan arrasara Filipinas
Imagen aérea después de que el tifón Haiyan arrasara Filipinas

Los usuarios disponen de un documento con todas las empresas y organizaciones humanitarias que están utilizando drones y los casos concretos en que lo han hecho, además de un código de conducta para usar éticamente estos espías del cielo. Una ‘wiki’, a la que han apodado el TripAdvisor de los pilotos de drones, les invita a reunir la legislación sobre estos vehículos aéreos en todos los países del mundo, y a contar sus propias experiencias.

Meier destaca la importancia del mapa mundial de crisis que la red está creando. Los usuarios pueden subir fotos y vídeos de los daños después de un desastre natural para que las organizaciones humanitarias que operan en la zona o las comunidades afectadas puedan conocer mejor la situación. Eso sí, por el momento el mapa solo ha cubierto algunas áreas de Norte América, Asia o Europa.

La 'wiki' de UAViators
La ‘wiki’ de UAViators

«Las organizaciones humanitarias están recurriendo cada vez más a las redes sociales para ver qué sucede en un desastre: leen Twitter, Facebook, Instagram, ven vídeos en Youtube… Este contenido de uso general también puede servir directamente a la gente, actuando como sus ojos y sus oídos desde tierra», explica el fundador de UAViators. Las ONG no pueden estar en todos los lugares del mundo, pero los pequeños robots aéreos sí pueden encontrarse por cualquier parte y transmitir sus conocimientos en esta red social.

Meier pretende que la recopilación de estas imágenes aéreas de bajo coste sirva para trazar mapas antes incluso de que se produzca el desastre, y después comparar esos datos de referencia y determinar cómo llevar a cabo la reconstrucción.

«Pueden permitir asegurarse de que los materiales que se envían están siendo utilizados realmente para la reconstrucción de los hogares«, explica este experto, que plantea incluso un futuro escenario ideal en el que las comunidades locales toman el poder y sus drones se convierten en testigos de lo que sucede.

Otro papel que los drones pueden desempeñar ante un desastre es el de transportar pequeños suministros, como material médico. «No estamos hablando de un dron, estamos hablando de un escuadrón de drones llevando material de día y noche», argumenta. De hecho, la ‘startup’ Matternet ya desarrolló un programa piloto para el reparto de alimentos, medicinas y artículos de primera necesidad en lugares como Haití o República Dominicana.

'Drone Adventures', una de las organizaciones que se desplazó a Filipinas tras el tifón Haiyan
‘Drone Adventures’, una de las organizaciones que se desplazó a Filipinas tras el tifón Haiyan

Meier también asesora a organizaciones humanitarias que plantean nuevos usos para los UAVs, como  The Sentinel Project. Esta organización está poniendo en marcha un proyecto de vigilancia con pequeños vehículos aéreos en el delta del río Tana (Kenia), una zona en la que se han vivido violentos  enfrentamientos entre tribus en los últimos años.

«Nuestra idea inicial es  usar los drones como ojos desde el cielo para alertar a la gente si hay algún problema de seguridad u otra tribu está desplazándose», nos cuenta Christopher Tuckwood, director de The Sentinel Project, que cree que los vehículos aéreos pueden no solo prevenir posibles conflictos, sino también documentarlos posteriormente. Por el momento, esta organización está debatiendo con los habitantes de esa zona qué ayuda concreta desempeñarán los drones. ¿Podrán realmente las aeronaves prevenir la violencia?

OPERACIONES DE UAVIATORS, ¿CUESTIÓN DE FUTURO?

Ahora UAViators tiene que darse a conocer, educar a las organizaciones y pilotos y promover legislaciones que sean favorables al uso de estas aeronaves de forma responsable, sin limitar la tecnología. «Muchos países están reaccionando de forma exagerada», explica Meier.

Un grupo de voluntarios en Filipinas
Un grupo de voluntarios en Filipinas

La Administración Federal de Estados Unidos (FAA por sus siglas en inglés) acaba de presentar una propuesta de  regulación de los drones comerciales, que podrán operar solo durante el día y a una altura máxima de 150 metros, después de años de deliberaciones y de dar luz verde a la utilización de vehículos no tripulados comerciales en casos concretos como los rodajes de películas.

El propio Meier criticó que la FAA pidiera a una ONG dedicada a la búsqueda y rescate en Texas  que dejara de usar sus drones. Cree que la regulación debe «garantizar el uso efectivo y responsable de estas nuevas tecnologías para propósitos humanitarios, aunque este va a ser un reto que vamos a tardar años en cumplir».

De momento han colaborado en algunas situaciones puntuales. Tras el tifón Hagupit, que causó 21 muertos y más de un millón de desplazados en Filipinas el pasado mes de diciembre, UAViators pidió ayuda a los pilotos de drones que se encontraran por la zona. «Por primera vez había realmente un lugar de organización y coordinación que, aunque no estaba supercentralizado, sí es unsitio para coordinar, para compartir información de contacto e imágenes».

Otro de los casos en los que esta red ha desempeñado un papel concreto ha tenido lugar a principios de este año, cuando las inundaciones causadas por las fuertes lluvias dejaron 176 muertos y 200.000 desplazados en Malawi, además de 38 fallecidos en Mozambique. El Banco Mundial contactó con la red y, en tan solo media hora, disponían de un grupo de pilotos de drones en Durban dispuestos a desplazarse para proporcionar ayuda.

«Lo que yo quiero mostrar es que hay otro lado de la tecnología que realmente salva vidas. Tenemos que empoderar a los individuos y permitir que las comunidades locales sean más fuertes antes los desastres, más organizadas de forma autónoma, más independientes «, concluye Meier.

Aunque habrá que esperar para que su deseo se haga realidad, es cierto que a este amante de las nuevas tecnologías no le faltan ideas para convencernos de que hasta el dron que nos hemos comprado para combatir el aburrimiento puede servir para ayudar al resto del mundo.

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Las imágenes de este reportaje son propiedad de Patrick Meier

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